sábado, 23 de agosto de 2014

Libros que no están en las Biblias Protestantes

BIBLIA 





Libros que no están en las Biblias Protestantes

Ataque: 

 La Iglesia Católica añadió libros a la Biblia que son apócrifos y que no son parte de la Sagrada Escritura.

Respuesta:

Durante la Reforma Protestante, debido principalmente a las doctrinas divergentes propuestas por Lutero, los Protestantes eliminaron 7 libros del Antiguo Testamento, a pesar de que estos libros formaban parte del “canon” (lista de libros inspirados) de la Biblia.

Los primeros libros que fueron incluidos en el canon, porque no causaron ningún tipo de discusión y fueron aceptados por todos, son los llamados “protocanónicos”.

Los libros que fueron incluidos en el canon después de algún período de dudas son llamados “deuterocanónicos”.

 Sin embargo, los primeros escritos de Padres de la Iglesia citaban, tanto los deuterocanónicos, como los protocanónicos.

Los deuterocanónicos son los 7 del Antiguo Testamento que los Protestantes excluyeron de sus Biblias 

Tobías, 
Judit, 
Sabiduría,
Eclesiástico,
Baruc,
1 y 2 Macabeos
y partes de Daniel 
y Ester


y, adicionalmente, los siguientes del Nuevo Testamento: 


Hebreos,
Santiago,
2a. Carta de Pedro, 
2a. y 3a. Carta de Juan,
Judas y
Apocalipsis.

Ahora bien, ¿por qué los Protestantes consideran “apócrifos” los deuterocanónicos del Antiguo Testamento y no los del Nuevo Testamento”?

La realidad es la siguiente:  No fue -como los Protestantes aducen- que el Concilio de Trento “agregó” los libros a la Biblia (los que los Protestantes llaman “apócrifos”). 

Sucedió lo contrario: los Protestantes “extrajeron” de la Biblia estos libros que habían sido parte de la misma durante siglos, pues partes de su contenido entraban en conflicto con las ideas reformistas.

El Concilio de Trento proclamó que estos libros siempre habían formado parte de la Biblia y que debían seguir formando parte de ella. Lo que hizo el Concilio de Trento fue ratificar lo que ya la Iglesia Católica había decidido sobre los libros que formarían parte de la Biblia siglos antes, en el Concilio de Roma (382 AD), en el de Hipona (393 AD) y en el de Cartago (397 AD).

Es importante notar, además, que el canon bíblico había sido reafirmado por muchos Papas y Concilios posteriores a Roma, Hipona y Cartago, incluyendo el Concilio Ecuménico de Florencia.

El Concilio de Trento simplemente reiteró de manera formal lo que había sido una enseñanza constante de la Iglesia Católica.

Para los Católicos es importante conocer cómo se formó la Biblia. (Ver Catecismo de la Iglesia Católica #120, #138)

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